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La respiración y su importancia



ALIENTO VITAL


La respiración en el Tai Chi es tan importante como los movimientos mismos. Hablar de Tai Chi es hablar de respiración y movimientos fusionados entre si, como si fuesen uno solo, pero de manera natural, sin esfuerzo ni exigencias. La respiración es la fuerza impulsora de los movimientos, la energía dinámica detrás de toda forma… aun detrás de la inmovilidad de toda postura. La clave estriba en una respiración consciente, pero no controlada.

En cambio, el dominio del Chi Kung depende en gran medida de la sincronicidad conquistada entre el movimiento y la respiración. En este caso, ajustar la respiración es un requisito esencial para el despliegue de energía.

Los movimientos, por más perfeccionados que se logren realizar, no cubren más que el 50 % del beneficio terapéutico total. El resto quedará cubierto al efectuar una respiración profunda, serena y armoniosa… o sincronizada, según la técnica.

Aún del modo que sea, la respiración más apropiada es aquella no tensionada, aquella que no incomoda y se encuentra emparentada con lo natural. Porque si se la fuerza a ser profunda, si es una exigencia hacerla lenta, si hay que obligarse a respirar relajadamente, entonces, no es relajación en absoluto.

Por lo tanto se comienza con una respiración normal, casi superficial, pero con mucha conciencia de ella. Si se hace conscientemente y sin resistencia alguna, sin inquietudes de ningún tipo, por sí misma la respiración se torna más profunda. Con conciencia, puede volverse total, al punto que se llega a percibir que no es únicamente por la nariz por donde se respira, no sólo en tus pulmones entra el aire, sino que se puede respirar por cada poro de tu piel y llenar de renovada vitalidad todo tu cuerpo.

El aire no se guarda exclusivamente en los pulmones, sino que puede viajar por todo el cuerpo, puede ser canalizado por los meridianos y vasos maravillosos, puede ser almacenado en los órganos, puede ser transmutado en los centros energéticos. A través de una técnica apropiada y mediante la práctica, el aire pasa a ser néctar esencial o el hálito vivificante, y la respiración, el aliento celestial.

Tan solo cuando se combinan de modo ajustado movimiento y respiración o cuando se logra sincronizarlos es que se realiza de forma plenamente efectiva la práctica. Hay que recordar que los movimientos, los ejercicios o las posturas, por más perfectos, por más hermosos que sean, no pueden llevarte más allá de la mitad de tu potencial, la otra mitad se despierta cuando se logra dominar la correcta respiración.

Y mientras que todo lo que se hace con el cuerpo puede ser visto desde fuera, el arte y el dominio de la respiración no puede demostrárse a nadie, pues es un proceso interno, pues sólo puede hacerse para uno mismo. Así que no se debería descuidar la respiración, porque nadie podrá advertirte sobre ella. Toda ejercitación física, o sea, ese 50% que se logra con tu cuerpo sólo puede transmutar la química interna en un 30%, mientras que el 50% de la respiración que domines transformará tu esencia en un 70%.

La respiración es un vehículo de la conciencia, y cuanto más se profundice en la respiración, mayor será la amplitud de conciencia que se experimentará; sin embargo, se debe comenzar siendo consciente de ella, y entonces, ella te hará consciente de tu conciencia. Una respiración superficial acarrea que la conciencia sea ajena al momento presente.

Este camino es doble, se puede comenzar relajándote, y esa serenidad inducirá gradualmente a una respiración más profunda, o se puede comenzar a respirar con más lentitud, y esa lentitud poco a poco te apaciguará y te centralizará. La respiración puede llevar fácilmente a una mayor conciencia, sólo basta con ahondar desde varios ángulos la respiración superficial cotidiana. Este sería un método básico, el más sencillo, con el fin de permanecer presente; no obstante, pocos son los que pueden mantenerlo.

Respira hasta los talones, respira por cada poro de tu cuerpo. Se puede inhalar psíquicamente por cada uno de los centros energéticos. Claro que para esto se tiene que estar todavía más sensible, más receptivo, porque como se está habitualmente, apenas se es capaz de distinguir olores fuertes, menos aún se pueden percibir las sutiles fragancias en un medioambiente contaminado, por eso es que parece absurdo poder nutrirse psíquicamente mediante los centros energéticos. Pero la práctica ayuda a sensibilizarse, a volverse cada vez más receptivo, ayuda a verticalizar las experiencias, y aquello que parecía imposible comienza a suceder.

El aire se encuentra estrechamente vinculado con el alma viviente, el alma de todos ser humano y de todo ser orgánico y la respiración, están estrechamente vinculados. Los chinos cuentan con extensos tratados acerca de este tema ( a los aspectos del alma los llaman “Po y Hum”), y explican cómo despertar este potencial y cómo canalizarlo.

La energía, el psiquismo y la conciencia constituyen una unidad indivisible con la respiración. Por lo tanto, seguir una línea ascendente con cada inhalación y una línea descendente con cada exhalación es el primer paso para el desarrollo psíquico, por otro lado respirar profundamente aumenta la carga energética, y respirar conscientemente trae mayor sabiduría.

En el arte de la respiración, cada practicante debe adiestrarse con suma paciencia y dedicación, observando las pautas  e indicaciones  preliminares, hasta que los modos de respiración con circuito interno se vuelvan tan naturales que pasen a formar parte de la vida diaria. Esto es el Chi Kung.

En Tai Chi, respira relajado, tranquilo, sintiendo cómo el aire atraviesa las fosas nasales y cómo lentamente se llenan los pulmones o cómo se vacían. No hagas ninguna pausa, funde la inspiración con la espiración y vuelve a fundirla con la inspiración: un circuito completo en sí mismo, continuo, sin interrupción, sin principio ni fin.

Aprende a alimentarte con la respiración, no estés anémico de aire, nútrete con cada inhalación total y límpiate con cada exhalación completa, sin guardar aire residual, y así tu mente estará más clara y saludable, tu organismo más energético y vital, y tu conciencia en el presente, en el aquí y en el ahora, iniciándose en el aliento vital.

AON, Tai Chi / Chi Kung: Sus virtudes de Oro